En la ciudad es difícil que un piso tenga la misma luz en todos sus espacios. Es por ello que al aplicar color se debe tener en cuenta para adecuar los tonos y obtener un resultado homogéneo en el todo. En este ejemplo el color se fue aclarando a partir del salón comedor con mucha luz hacia el interior.
Se puede diferenciar el blanco luminoso de los techos con el blanco roto al verde-gris de las paredes. En el salón se aplico el color elegido. A partir de aquí a las estancias intermedias se le adicionó un 5% más blanco y a la final, la del armario grande se le añadió un 10% más de blanco.
Cuando se eligen blancos decoración, las sombras o tintes de una gama pueden reaccionar con la luz imperante y hacer que en determinadas horas el color se apague o se mueva a otro tono. Es por ello que cuando los aplicamos tenemos que hacer pruebas y controlar el color seco a varia horas y con sol o sin este y por supuesto con la luz artificial al atardecer.
Si estamos en obras completas la protección del suelo puede engañarnos y al ser liberado el color real del suelo dar sobre el color de las paredes una influencia positiva o negativa.
Si al aplicar los nuevos colores la fachada del edificio es forrada en textiles esto afecta radicalmente todos los tonos que se apliquen. O el cliente tiene fe en el interiorista o no se pinta hasta que entre luz natural al piso, así de claro.